miércoles, 18 de noviembre de 2009

EL ESTADO, NOSOTROS TODOS, TAMBIÉN SOMOS MERCADO.


La falacia neocon de que cuanto menos estado mejor ha calado tan hondo en nuestra sociedad que nadie se extraña de que eso supone aceptar que todo es mercado. Lo necesario, lo vital, lo imprescindible para vivir o sobrevivir se hacen mercancía y se paga, como es el caso del agua, la salud, la educación y hasta el aire que se respira ya en muchas ciudades. Una vez han conseguido esto quieren más, la siguiente fase es hacerse con la estructura del estado, convertirlo en una marca vacía de contenido, no puede ocurrir en la siguiente crisis que sea el estado quien ponga el dinero de los platos rotos y se lleve el mérito de salvar la vajilla. Por ahora se retrasa el plan, pero esta crisis, como todas las capitalistas, está sirviendo para concentrar más poder en menos manos, lo grandes han devorado a los chicos. Inversamente ha disminuido la capacidad de respuesta de los que trabajan. Aún no hemos tocado fondo.

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