viernes, 19 de octubre de 2012

LAS CONDICIONES DE LA LUCHA DE CLASES Y LA CONSTRUCCIÓN DEL PODER POLÍTICO


Informe político del Encuentro Estatal de Red Roja celebrado durante los días 12, 13 y 14 de octubre de 2012.

Las grandes crisis del capitalismo han caracterizado periodos históricos en los que la burguesía y sus gobiernos tienen que ejercer su dominación de clase sin concesiones y sin tregua. Son momentos de destrucción de todo el orden anterior, excepto de los mecanismos que aseguran el mantenimiento de su poder de clase. Son tiempos de agudización de la lucha de clase en todos los frentes. Tiempos en los que la guerra imperialista por el saqueo de las materias primas, incluyendo la mayor destrucción de recursos naturales conocida, y por el control militar de las diferentes regiones del mundo, se extiende.

El deterioro masivo de las condiciones de vida de las clases populares da lugar a un crecimiento rápido y extenso de la conciencia de clase y de la voluntad de lucha.

Pero el escenario incluye también vacilaciones, incoherencias y sentimientos de derrota en las organizaciones de izquierda que debilitan y aíslan la lucha de la clase obrera y de los pueblos. Será una lucha larga y difícil que sólo podrá darse si se parte de un análisis certero y se sabe con claridad a dónde se quiere ir. No será fácil, pero ése es el campo de batalla.


1. Crisis económica.

El desarrollo de la crisis general del capitalismo sigue su curso, acelerado desde finales de 2011 y con perspectivas de recesión a escala mundial, con expresiones desiguales en las diferentes regiones. Tras sus comienzos en los grandes bancos estadounidenses, el escenario más álgido está ahora en la UE y el euro. Los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que en una ilusión más, fueron identificados como la otra cara de la moneda o las locomotoras que sacarían al capitalismo de la recesión, muestran lenta pero inexorablemente la caída de sus tasas de crecimiento. Este proceso, lejos de ser una isla de prosperidad en un océano de crisis es una expresión más del desarrollo desigual y combinado que explica el desarrollo diferente de los diversos países en el marco de un sistema capitalista mundial.
Los “expertos” calculan la duración de la crisis en 10 años, por no enfrentar lo único cierto: no se vislumbra salida.
Los diferentes elementos causales se concatenan retroalimentándose dando como resultado un hundimiento cada día mayor. Y a medida que se profundiza, la dictadura del capital sobre la clase obrera y sectores populares se hace más férrea.
La caída de la tasa de ganancia se viene produciendo desde hace cuatro décadas, sin que la extensión de la precariedad laboral haya servido para invertir la tendencia.
La crisis de sobreproducción y sobreacumulación, amplificada exponencialmente por las dimensiones del crédito, aumenta como una bola de nieve por la contracción de los mercados y el hundimiento de la capacidad de consumo de las clases trabajadoras. Esta crisis en el epicentro del sistema acontece cuando se da un grado de interdependencia e integración económicas en el mundo sin precedentes.
La inversión está congelada debido a la caída de la expectativa de beneficios por debajo del umbral en el que el capital invierte. No confían en vender y se intensifica la destrucción de fuerzas productivas. El crédito permanece bloqueado por parte de los bancos.
La inversión y el crédito están bloqueados, pero no así las ganancias y los salarios de los grandes ejecutivos. En 2012 se espera que los 20 bancos de la UE con mayor capitalización tengan un beneficio de 107.000 millones de euros, 31,5 % más que en 2011. Los beneficios empresariales han aumentado en una proporción muchísimo mayor que lo ha hecho los salarios en países como EE.UU, Alemania o Gran Bretaña.
Mientras en el Estado español asistimos al derrumbe de los salarios y el paro masivo, los beneficios empresariales se han mantenido: sólo tres empresas del Ibex 35 tuvieron pérdidas entre 2007 y 2010 y el paro subió desde un millón cuatrocientas mil a cuatro millones de personas.
En cuanto a los salarios de los grandes ejecutivos vale el ejemplo de lo que sucede en El País, buque insignia del régimen de la Transición y del PSOE más otanista. Mientras se anuncia el despido del 30% de la plantilla, justificado por pérdidas de 70.000 millones de euros, el presidente del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián cobró 13 millones de euros, cantidad que iguala al total de los salarios de los 150 trabajadorxs que pretende despedir.
Al tiempo que se produce una gran destrucción de capital productivo, se está produciendo una masiva y creciente fuga de capitales hacia paraísos fiscales. Los cálculos más bajos estiman que se esconderían en ellos más de 21 billones de dólares, equivalentes al PIB de EE.UU y Japón juntos. Estas cifras se han multiplicado por cuatro en los últimos cinco años. Treinta de las treinta y cinco empresas del IBEX, en 2008 eran dieciocho, ocultan de esta forma su capital para no pagar impuestos; entre ellas por supuesto los grandes bancos y las grandes multinacionales[1]. La fuga de capitales del Estado español en el último año ha ascendido a la vertiginosa cantidad de 296.000 millones de euros, cerca del 30% del PIB, según el último informe del FMI.
Y exactamente esos capitalistas, los mismos que se enriquecieron hasta el delirio con la especulación y las privatizaciones a precio de saldo, que tienen blindados multimillonarios sueldos, indemnizaciones y pensiones, que evaden masivamente sus capitales, que defraudan a hacienda cerca de 100.000 millones de euros al año, a quienes los diferentes gobiernos del PP y el PSOE han transferido más de 150.000 millones, los que recibirán el “rescate” de la UE por una cantidad semejante y que pagaremos nosotrxs , esos son los que hacen subir la prima de riesgo, los que presionan para que bajen los salarios, las indemnizaciones por despido, las pensiones, para que se degraden la sanidad y la educación públicas y se privatice todo lo rentable.
El gráfico que se reproduce da cuenta de la forma brutal en que está descendiendo el nivel de vida en el Estado español, a pesar de que está elaborado antes de la entrada en vigor del aumento del IVA y de la disminución de los salarios de lxs empleadxs públicxs [2].
El capitalismo como sistema, y su fracción dominante el capital financiero, han decidido que ya no les basta con dominar la partida, sino que se trata de romper el tablero de juego.
Millones de trabajadoras y trabajadores griegos, irlandeses, estadounidenses, italianos y de los pueblos del Estado español estamos sometidos – y es evidente que los de otros países europeos irán detrás –a un engranaje feroz en el que a la bajada drástica de los salarios, le sigue la de las pensiones, la subida del IVA, de las tasas educativas, el copago farmacéutico, en un círculo vicioso interminable que compromete nuestra vida y la de las generaciones futuras.
Las últimas noticias de Grecia, destino al que nos encaminamos el resto de los pueblos – algunos como los del Estado español a toda velocidad - , son estremecedoras. Se ha retirado el derecho a la asistencia sanitaria a quienes no hayan cotizado a las seguridad social al menos dos meses el año anterior; con el desempleo que hay quedará el 30% de la población sin sanidad, ni medicamentos.
El FMI, El BCE y la Comisión Europea están exigiendo a los ministros griegos de Finanzas y de Trabajo, nuevos ataques a la clase obrera, además de los recientemente aprobados (rebaja de 150 euros en el salario mínimo y reducción del 50% en la indemnización por despido) y que han sido el motivo de las últimas huelgas generales. Para recibir el nuevo tramo de 31.000 millones de euros del nuevo “rescate”, en un país en el que los salarios han disminuido un 32% y los precios han aumentado un 30% desde 2010 el gobierno griego deberá:
  • Aumentar a seis días la jornada laboral y acabar con la jornada de 8 horas.
  • Reducir a once horas el descanso mínimo entre turnos de trabajo.
  • Reducir a la mitad el plazo de notificación de los despidos y la cuantía de las indemnizaciones por despido.
  • Volver a bajar las cotizaciones patronales a la Seguridad Social.
Como era previsible, ya se ha advertido que este tipo de condiciones se impondrán a todo estado – léase el español - que solicite ser rescatado.
Hasta lxs más despistadxs están percibiendo que no hay nada que les sacie, que no hay límite previsible que no sea un cambio radical en la estructura de poder.
¿Cuál es el instrumento clave que les permite derribar conquistas sociales de hace un siglo?

El mecanismo económico esencial de este gigantesco laboratorio social es convertir la descomunal deuda privada generada por la especulación a gran escala, en deuda pública. Además los mismos bancos “rescatados” son los que mantienen la elevadísima “prima de riesgo” – origen de nuevos préstamos con drásticas condiciones (del FMI, BCE y la UE) impuestos a los Estados, que siempre son privatizar más, aumentar impuestos indirectos, y seguir reduciendo salarios, pensiones y servicios públicos.

Como no podía ser de otra forma, la cuadratura de este círculo se cierra con una nueva vuelta de tuerca en la doble explotación de las mujeres: se refuerza la alianza Patriarcado-Capitalismo de tal forma que somos nosotras quienes sufrimos de forma especialmente brutal las consecuencias de esta crisis. Somos nosotras las más precarizadas, con salarios más bajos, contratos a tiempo parcial; además, en un contexto de privatización masiva de los servicios públicos, se activa con más fuerza el desplazamiento de las mujeres del ámbito productivo hacia el reproductivo, provocando una distribución cada vez más injusta del reparto del trabajo de cuidados en las relaciones personales y afectivas. Es importante no perder de vista nunca que la agudización de la lucha de clases dispara la lucha de géneros.
Como además esas medidas hunden la capacidad de compra y con ella la producción – herida de muerte por el bloqueo del crédito - , la recesión se profundiza y con ella la disminución de los ingresos al Estado. Está garantizado que se tendrán que solicitar nuevos “rescates” – cuyo importe irá íntegro a pagar los elevadísimos intereses de la deuda – a cambio de nuevos ataques a las clases populares y así sucesivamente.
Las recientes declaraciones de la directora gerente del FMI Cristhine Lagarde, pronosticando una subida de la prima de riego en España hasta 750 puntos, es decir la quiebra del Estado, representa el chantaje directo para que el Gobierno “solicite” el rescate y sus condiciones de brutales “ajustes” cuando está en sus manos la creación de las condiciones para el mismo.
Esto no es una película de terror; es el futuro que nos espera si la clase obrera y los pueblos no lo impedimos.

2. Crisis política

a. La del poder político de la burguesía
El análisis de la profunda crisis política en la que se debate el poder de la burguesía, producto de la rápida desaparición de los instrumentos de legitimación del “sistema democrático” y la percepción creciente del Estado como instrumento de dominación de clase ha sido realizado recientemente por Red Roja [3]. Una gigantesca corrupción política implica a todos los partidos con representación parlamentaria – excepto Amaiur – pero sobre todo al PP y al PSOE, y a todo el arco institucional, empezando por la monarquía. La corrupción política e institucional ha sido decisiva para engendrar las enormes burbujas financiera (sobre todo los escándalos de las Cajas de Ahorro) y urbanística que están en el centro de la hecatombe y cuyas consecuencias las pagamos, sobre todo, lxs trabajadorxs.
La exasperación social ante el hundimiento de las condiciones de vida y la incorporación a la lucha de sectores – como una buena parte de lxs empleadxs públicos – que nunca antes se habían movilizado y ante la evidencia de la corrupción masiva, el fraude fiscal y la malversación de fondos públicos, configuran una mezcla explosiva.
La perspectiva es cada vez más negra. Vendrán nuevos y sucesivos “rescates” con condiciones draconianas para la inmensa mayoría ante la imposibilidad de cumplir con los objetivos de déficit por unos ingresos anémicos debidos a una economía agonizante, al hundimiento del consumo, a la fuga de capitales, a un fraude tributario masivo por parte del gran capital y a vergonzoso sistema fiscal que protege a las grandes empresas y fortunas.
La confirmación de que cuando hagan lo que tienen previsto hacer (privatizaciones masivas, reducir las pensiones, el salario mínimo, más contrarreformas laborales, nuevos copagos sanitarios, etc) será casi imposible salir elegidos los gobiernos actuales, explica la convocatoria de elecciones anticipadas en Galicia, donde el PP tiene mayoría absoluta.
El puño de hierro de la fracción dominante del capital actúa implacable para que sus planes se realicen con precisión, sin tregua alguna para los Estados colocados en el punto de mira. La ilusión de gobiernos como el español o el italiano de conseguir la intervención del BCE para bajar la prima de riesgo, y así evitar el rescate integral, se ha hecho añicos. Jamás la burguesía que dirige esta guerra de clases que pretende, no mover peones, sino cambiar el tablero de juego entero, va a renunciar a su arma fundamental: la deuda impagable y sus intereses como mecanismo para imponer sus políticas de ajuste estructural, léase destrucción de derechos laborales y servicios públicos y privatización de todo lo rentable.
Después del 21 de octubre, tras elecciones gallegas y vascas, la burguesía española, estudiará cualquier opción política excepto la de perder su poder de clase. En otras palabras, se buscará aquella fórmula que mejor garantice el gobierno del descontento social, incluidas las que quebranten su sagrada “democracia” como un gobierno de concentración nacional o “tecnócrata” sin elecciones generales y/o la defenestración de la monarquía para sustituirla por una república autoritaria.

b. La de la izquierda coherente.
b.1. El cáncer de la socialdemocracia.
La dificultad más grande que nos impide enfrentarnos a retos de semejante envergadura es precisamente que no podemos creer que esto nos esté pasando a nosotrxs, que somos “europeos”.
Esta incapacidad para realizar un análisis de clase del desarrollo actual del capitalismo y de lo acontecido en otras épocas de crisis profunda – y que puede impedirnos actuar debidamente - , ha sido generada y alimentada por quienes desde sectores “progresistas” sostienen cuatro mitos esenciales para el orden capitalista en el Estado español: “la Transición democrática”, la Europa Social, el Estado del Bienestar y la unidad inquebrantable de España.
Estas cuatro falacias han crecido en el imaginario colectivo como un inmenso cáncer que se ha desarrollado sobre la destrucción de la izquierda, sobre el enfrentamiento entre los pueblos y sobre retrocesos enormes en la conciencia y la unidad de clase. Frente a la evidencia de la masiva pérdida de legitimidad de todo el sistema político e institucional de la Transición – empezando por la Monarquía y terminando por el Poder Judicial – estos mitos han sido actualizados para conformar la columna vertebral de la “Cumbre Social”, heredera de la inmediatamente anterior “Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos”[4]. Esta ”Cumbre” que utiliza ese nombre para disfrazarse de movimiento social, está encabezada por CC.OO, UGT y “150 asociaciones más”, aunque apenas oculta la mano que mece la cuna: el PSOE e IU – cuyos satélites subvencionados integran buena parte de “los 150” - y el Grupo PRISA que trata a la “Cumbre Social” como una criatura propia.
El plan de movilizaciones que plantea la “Cumbre”, la “Marcha sobre Madrid” del 15S y la reclamación de un referéndum popular sobre los recortes, es un desesperado intento de hacer creer que algo se hace e intentar dirigir el movimiento hacia rediles controlados.
Red Roja desde el mismo momento del anuncio de la creación de este engendro fue consciente de la gravedad del mismo, precisamente porque se levantaba en un escenario de profunda debilidad ideológica y organizativa. La ausencia, todavía, de un sindicalismo alternativo cohesionado y organizado y de un referente político de la izquierda coherente hace al sindicalismo alternativo y al movimiento popular vulnerables ante cantos de sirena que llaman a unirse “todos contra el PP”.
Finalmente ninguna organización del sindicalismo alternativo ha suscrito la “Cumbre”. La posición de Red Roja, con la que se trabajó para desenmascarar la maniobra de confusión, se definió así:
  1. Es inaceptable hablar de lucha contra los recortes del sistema público, sin aludir a las privatizaciones a las que sirven y sin plantear frontal y claramente la negativa al pago de la deuda y de sus intereses, y por lo tanto la salida del euro y de la UE.
  2. La Defensa del Estado del Bienestar, en las condiciones actuales, es un mito imposible destinado a desviar a la clase obrera de sus objetivos que no pueden ser otros que el fortalecimiento de un poder obrero y popular alternativo a la lógica capitalista.
  3. El PSOE comparte con el PP y con las derechas nacionalistas, la prioridad del pago de la deuda, el marco de la UE y del euro que es el que impone férreamente todas las medidas. Vendrá un "rescate" tras otro, como en Grecia, que aniquilará salarios, derechos y que pondrá en cuestión la misma supervivencia de millones de personas, la clase obrera precaria, de aquí e inmigrante.
  4. Esta “Cumbre” al no plantear la lucha contra todo gobierno que aplique los mandatos de la UE y el FMI, está haciendo el juego a un previsible gobierno de concentración nacional o “tecnócrata”, que facilite la vuelta del PSOE al gobierno y sirva al objetivo prioritario de la oligarquía: conseguir un gobierno que imponga las mismas medidas con el menor grado posible de repuesta social.
Esta ilusión del “capitalismo bueno”, que nos regalaba derechos sociales y calidad de vida, pacto tras pacto y sin tener que luchar por el socialismo, se encarnaba en “la Europa social”. De nada valió la evidencia de que, desde la entrada en la UE en 1986, con la destrucción de la industria y las privatizaciones se amortizaron empleos dignos, la precariedad se hacía masiva, se liquidaron empresas públicas, se arruinó la agricultura y la ganadería y se iban arrancando uno tras otro derechos laborales. Aunque para ello hubiera que pagar el peaje de entrar en la OTAN y contra toda evidencia, estábamos en el “Estado del Bienestar”[5].

b.2 Sin unidad y conciencia de clase y sin el internacionalismo, perdemos el único antídoto frente a la fascistización.
Al mismo tiempo, el papanatismo europeísta, hipócrita e insolidario levantó un muro que impidió que la clase obrera percibiera como producto directo del mismo imperialismo europeo e internacional, la deuda y los intereses de la deuda en América Latina, en África y en general, en todos los países dependientes. Los planes de ajuste estructural impuestos por el FMI y el BM, las privatizaciones y la implantación de salvajes condiciones de trabajo, las expropiaciones masivas de campesinos y las matanzas de trabajadores, llevadas a cabo por gobiernos corruptos y burguesías locales cómplices, eran cosa de “países subdesarrollados” – faltaba atribuirlo al color de la piel -, no de la “democrática y civilizada” Europa.
El dirigente comunista Aimé Cesaire, de la colonia francesa de La Martinica, escribió en 1955 denunciando al seudo-humanismo europeo: “lo que no perdona a Hitler no es el crimen en sí, el crimen contra el hombre, no es la humillación del hombre en sí, sino el crimen contra el hombre blanco, la humillación del hombre blanco, y el haber aplicado a Europa procedimientos colonialistas contra los que se alzaban hasta ahora sólo los árabes de Argelia, los culíes de la India y los negros de África…[…] Quiérase o no, al final de ese callejón sin salida que es Europa..está Hitler. Al final del capitalismo ansioso de sobrevivirse está Hitler”.
Desarmadxs ideológicamente y sin organizaciones de clase suficientemente poderosas se es pasto fácil de sindicatos y organizaciones “progresistas” que tienen como objetivo fundamental rendir al capitalismo un imprescindible servicio, aunque sea el último antes de desaparecer: impedir que surja nada lo suficientemente fuerte por fuera de las burocracias sindicales que aseguran el control social.
Y esto, en momentos tan graves como los actuales puede ser definitivo. La referencia al discurso de A. Cesaire no es un recurso literario. Las condiciones objetivas y subjetivas para el desarrollo del fascismo han aparecido en escena.
El crecimiento de la extrema derecha en países de la UE y en estados del Este de Europa es importante. Especialmente la irrupción de Amanecer Dorado en un país arrasado como Grecia pone de manifiesto, como si fuera una pesadilla recurrente, el resurgir del orgullo patrio, la ferocidad de la persecución de inmigrantes y la rememoración de gestas imperiales. Esas condiciones de estado arruinado, de humillación, de falta de futuro, de potenciación del racismo – como pretende de forma descarada la retirada del derecho a la asistencia sanitaria a lxs inmigrantes - se están dando en el Estado español. A ello se añade el fortalecimiento del discurso imperialista español de la unidad de la patria ante la evidencia – como en todos los momentos de crisis – de que la reivindicación de la independencia el País Vasco y en Cataluña cada vez adquiere más fuerza.
El hecho innegable de que la Constitución de 1978 impide el ejercicio del Derecho de Autodeterminación – no solamente porque no lo reconoce, sino porque habla exclusivamente de “pueblo español”como depositario de la soberanía, debilita en gran medida la alianza las burguesías nacionalistas con la españolista, de gran importancia para un hipotético gobierne que exprese sus objetivos comunes como clase.
Este hecho, junto a los planteamientos – cada vez menos ocultos - de posible ruptura de la UE[6],mediante los que ésta se desharía de los PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y “Spain”), pero arbitraría formas de integración económica de zonas con mayor desarrollo industrial como el norte de Italia, el País Vasco y Cataluña, cargan aún más la tensión en el seno del fundamentalismo españolista.
Por otra parte, la lucha de las izquierdas independentistas por arrebatar la hegemonía a las derechas nacionalistas – a punto de conseguirse electoralmente en Hego Euskal Herria – plantea la necesidad apremiante de colocar en primer plano las reivindicaciones de clase y la construcción del socialismo evitando que una posible ruptura económica con el Estado español conlleve la ironía de hacer al País Vasco dependiente de Alemania. En este camino es crucial que se siga avanzando el la coordinación de las luchas del sindicalismo alternativo del Estado con el de las nacionalidades, en la búsqueda de un marco europeo de lucha de clases, capaz de romper el bloqueo que aún consigue mantener la CES.
Para los pueblos del Estado español se carga de razones la necesaria ruptura con el orden institucional de la Transición, tanto desde el punto de vista de clase, como desde el de los derechos nacionales de los pueblos, y sobre todo la prioridad de la solidaridad internacionalista.
Solamente un potente discurso de unidad de clase frente a la burguesía y al imperialismo español, de la clase obrera nativa e inmigrante, radicalmente antipatriarcal y de unidad internacionalista, antimonopolista y anti-OTAN, en el camino de la lucha por el socialismo, puede enfrentarse a los monstruos construidos desde posiciones fascistas que amenazan con conectar con importantes sectores populares.

b.3 ¿Fracasos o victorias inconclusas?
La otra gran dificultad que pesa sobre la izquierda revolucionaria es que, precisamente cuando el capitalismo se muestra absolutamente incapaz para resolver los problemas sociales y el horizonte que ofrece es una especie de nueva acumulación originara sostenida por un proletariado semi-esclavo, aún pesa como una losa en el imaginario colectivo el hundimiento de la Unión Soviética. Como Lenin decía es preciso que nos liberemos del peso de todos nuestros muertos, cuya memoria nos constituye y es irrenunciable, pero que no puede lastrar la creación, aquí y ahora, de la forma concreta en que el proceso revolucionario responda a las necesidades del momento. Es preciso que, parafraseando a Carlo Frabetti, “nos traguemos vivas”, todas las experiencias revolucionarias que han intentado construir el socialismo.
Urge, y a ello ha dedicado una atención muy especial el primer Encuentro Político de Red Roja, incorporar y fundir lo más radical y lo más rigurosamente intransigente del análisis marxista, con las aportaciones y las experiencias de cada revolución, desde la fundante Comuna de París, a la Revolución Soviética y a todas las que han escrito la historia del movimiento obrero. Muchas han sido masacradas, derrotadas, degeneradas o traicionadas y es nuestro deber aprender de los errores. Otras se mantienen dignas, como la cubana, contra viento y marea, y con contradicciones, como puede ser “en este tiempo y en este instante”. Pero lo más importante es aprehender, sentir en lo más profundo de nuestra identidad de comunistas que somos herederxs, sobre todo, de los intentos y de las victorias, hayan durado lo que hayan durado. Somos lxs continuadorxs de quienes abrieron el camino, aunque se encenagaran en los baches o cayeran por el precipicio. Nos han dejado el tesoro más grande: las herramientas teóricas que nos permiten desentrañar la estructura del poder del enemigo de clase y anticipar las grandes líneas del desarrollo social y, sobre todo, el ejemplo de su lucha insobornable.
Y todo ello, no para calcar o copiar, sino para ser capacidad creadora, el aquí y ahora de los pueblos del Estado español y en el marco de la lucha internacionalista.

3. Tras las jornadas del 25S y la Huelga General del 26S en Hego Euskal Herria.

Las movilizaciones del comienzo del otoño marcan un ascenso importante de la conflictividad social.
La convocatoria del 25S “Ocupa el Congreso”, con sus diferentes versiones y manifiestos, y las que se sucedieron el 26 y el 29, han confirmado el elevado grado de confrontación social con el sistema de grandes sectores populares.
La identificación del Congreso de los Diputados con el lugar desde el que se perpetran los ataques al pueblo marca un ascenso en el nivel de conciencia social y pulveriza discursos anteriores acerca de la “desaparición del Estado” y que negaban la necesidad de tomar el poder político.
La valiente resistencia ante la brutal represión, el desenmascaramiento de los montajes policiales para justificarla y el masivo rechazo que cosechó en la inmensa mayoría de la opinión pública, arrojan un saldo inequívoco de derrota del Gobierno.
La decisión del juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz de archivar la denuncia de la Policía contra los convocantes ha sido el broche final de unas jornadas que dejan al descubierto la imagen de un Gobierno acorralado y de un Estado corrupto en descomposición, que no tiene más discurso ni más herramienta de gobierno que la represión.
El éxito de la Huelga General y la masividad de las manifestaciones en Hego Euskal Herria confirman la hegemonía indiscutible de su mayoría sindical y la voluntad de lucha de la clase obrera vasca. La convocatoria coincidente de Huelga General en Grecia y el comunicado conjunto del PAME y LAB en el que se llama a la unidad y la lucha de la clase obrera europea, mientras la CES calla ante la brutal ofensiva de la patronal y la UE, marcan el camino. En él se dice: “Es necesario igualmente impulsar un sindicalismo de clase, que tenga en la lucha su mayor seña de identidad, rechazando de plano el modelo sindical pactista y claudicador que se ha dado forma mayoritaria en Europa durante los últimos años, desideologizando a amplios sectores de la clase trabajadora, y que a través del discurso sobre el “diálogo social” ha intentado dar un rostro humano al capitalismo, algo que se ha demostrado que es imposible”
Las movilizaciones del SAT en Andalucía, que tuvieron como detonante la acción en los supermercados, han servido para romper la losa de silencio mediática sobre la situación desesperada de millones de personas, para desencadenar una potente solidaridad de clase y para marcar con nitidez que la lucha es el único camino.
En el ámbito del proceso de unidad del sindicalismo alternativo, a pesar de que las huelgas convocadas en el transporte señalan, tanto el auge de la movilización obrera, como el avance de las asambleas de trabajadores como lugar de decisión y de unidad en la lucha, la situación es confusa.
La convocatoria de huelga general realizada por CGT, ignorada por la mayor parte del resto de las organizaciones, expresa el callejón sin salida al que conduce la actual dispersión. No hay posibilidad alguna de construir el sindicalismo de clase que se enfrente al modelo pactista y sometido que representan CC.OO. y UGT, sin dar pasos decididos hacia la unidad. Ningún sindicato de forma aislada puede lograrlo. Es necesaria la unidad en la diversidad, que respete la soberanía de cada sindicato, la identidad nacional y la pluralidad ideológica, pero que se presente ante la clase obrera como un frente coherente y unitario.

4. Ante la previsible convocatoria de Huelga General el 14 de noviembre.

No cabe duda de que la convocatoria de Huelga General que probablemente realizará la “Cumbre Social” debe ser secundada. Una nueva Huelga General es necesaria pero ni en la forma, ni con los contenidos, de quienes pretenden desgastar al Gobierno sin atacar el marco político y económico que genera las consecuencias que se denuncian.
Hoy son percibidas por la gran mayoría las causas reales de la crisis, sus responsables y el objetivo depredador para los pueblos de las políticas adoptadas. Va avanzando también el convencimiento de que el pago de la deuda y en conjunto el marco político-institucional que la sostiene en la UE y en el Estado español, nos lleva a la destrucción radical de nuestras vidas.
Es importante no caer en la simplificación del discurso que califica “la crisis como una estafa”. La crisis es real, y debemos usar como herramienta básica en la lucha ideológica la demostración de la caducidad del sistema capitalista, que se rige por la prioridad absoluta del beneficio privado y que lleva en su código genético la crisis, la corrupción y el despilfarro, para dar respuesta a las necesidades sociales. Los capitalistas no pueden escapar a la crisis y ello se demuestra en la feroz lucha entre sus sectores que conduce a la masiva destrucción de capital “no rentable”. Lo que es cierto es que la burguesía y sus gobiernos no van a dejar de utilizar la crisis como coartada ideológica para conseguir sus objetivos de clase.
Lo que es más cierto aún es que su estructura de dominación no caerá por sí sola si no la destruimos. No hay crisis irreversible del capitalismo. Lo que es seguro es que nos van a aniquilar como clase y como pueblos si no les destruimos.
El reto para el sindicalismo de clase, para el movimiento popular y para las organizaciones revolucionarias es preparar la Huelga General con el lema común “No al pago de la Deuda” que es precisamente la herramienta que utiliza la burguesía y sus gobiernos como elemento central en la lucha ideológica contra la clase obrera para justificar sus ataques. Ese debe ser el eje del programa de lucha que articule la explicación de lo que está pasando en cada centro de trabajo, en cada barrio y en cada pueblo, en la construcción de conciencia y, sobre todo, en el avance de la organización obrera y popular.
Es preciso que en la próxima reunión estatal del sindicalismo alternativo salga una declaración y un compromiso de trabajo unitario con estos contenidos. La consigna de no pagar la deuda como objetivo de la huelga debe trasladarse como marco general de las reivindicaciones concretas de cada sector. Es preciso abrir en la conciencia la línea divisoria entre el capital, la Troika y sus gobiernos y partidos y las expectativas de vida del pueblo.
La convocatoria de asambleas de trabajadorxs y populares, en las que se discutan las razones, se vote y se prepare la participación de cada sector en la huelga es nuestra herramienta esencial de trabajo.
El éxito de la convocatoria no debe medirse sólo en el paro alcanzado, sino en el avance en la organización conseguido.

5. Prioridad absoluta: construir conciencia, poder obrero y popular.

5.1 La construcción de la conciencia
Desde la lucha contra la Dictadura no se ha vivido en el Estado español una situación de rechazo masivo al poder político y económico como la actual. Y tiende a incrementarse en la medida que la situación se degrada sin perspectiva alguna de mejora. Es decir, la destrucción radical y progresiva de las condiciones objetivas de vida, (insisitimos: sin esperanza alguna de solución) está generando niveles de conciencia e incrementos de la voluntad de lucha que van adquiriendo carácter masivo.
El avance de las condiciones subjetivas, aún sin organizar y sin referente político, nos arroja un reto inmediato. Muchxs personas, sobre todo las más jóvenes, están empezando a hacerse preguntas inconcebibles hace poco tiempo. Lxs más lúcidos se acercan sin miedo a la Política y perciben la necesidad de tener una visión global del mundo en el que viven, de las razones por las que se les hunde su futuro, el sentido de su vida y su propio lugar en todo esto.
Es obligación de Red Roja plantearse de forma imperativa la respuesta a este problema que lleva en su código genético el embrión de una nueva generación de comunistas que será la que dirija el proceso revolucionario que se está gestando. La formación política debe ser central en nuestro trabajo y hay que invertir los términos tradicionales; ahora la captación y la construcción de militantes deben ir unidas a la formación teórica y ésta unida a la práctica política, desde el comienzo y a lo largo de todo el proceso. La militancia en Red Roja – la concepción de la organización como laboratorio en el que se producen instrumentos de combate - debe ser la forma más eficaz de luchar por la construcción del poder obrero y popular y la experiencia colectiva que transforma nuestra praxis y nos construye como seres humanos nuevos.

5.2. Algunas tesis sobre la construcción de poder obrero y popular.
La salida de la crisis se sitúa en el marco de la más feroz lucha de clases y es exclusivamente política. Es una cuestión de poder. En medio de los terremotos económicos, de las profundas crisis políticas que sacuden el poder político de la burguesía y las que nos atenazan a la izquierda revolucionaria se perfila cada día con más claridad el combate cuerpo a cuerpo por el poder de clase. La burguesía hará todo cuanto esté en su mano para no perder las riendas de la dominación. A la clase obrera y a los pueblos, por pura cuestión de superviviencia, no nos queda otra alternativa que arrebatárselo y destruir todo el engranaje institucional del Estado erigido para el pillaje, la explotación y la represión.
La condición esencial implícita en el concepto de poder de clase es su construcción independiente y enfrentada a la dominación de la burguesía. Es decir, por muy masivas que sean las manifestaciones convocadas por CC.OO. y UGT, (cada vez menos) en ellas no hay un ápice de poder de clase porque, como hemos visto, no sólo reivindican la vuelta a un capitalismo de “rostro humano” que no tiene la menor posibilidad de realizarse, sino que lo reclaman de la mano de uno de los partidos de la burguesía – el PSOE – que mayores servicios le ha rendido.
No se trata, pues, a la hora de identificar la independencia de clase, de si las reivindicaciones de movimiento obrero y popular son más o menos radicales, sino si han identificado suficientemente al enemigo de clase, aunque, lógicamente gradúen sus objetivos en función de la correlación de fuerzas.
La constatación de que tenemos toda la legitimidad para afirmar la necesidad ineludible de destruir el capitalismo, va unida a la percepción de que tenemos muy poca fuerza para hacerlo. El problema es, pues, cómo se convierte en fuerza organizada la conciencia confusa, pero real y creciente, de que el capital y sus gobiernos y partidos no ofrecen más alternativa que la destrucción.

5.3. Guías para el trabajo:
  • Es imprescindible que la noción, aunque sea meramente intuitiva, de la necesidad de prepararse para la toma del poder político y de que eso no es la “lucha final” sino que hay aprender y fortalecer su ejercicio desde las estructuras de base, esté presente de alguna manera.
  • Construir poder obrero y popular requiere que además de la protesta, de la defensa de derechos y reivindicaciones, se vaya abriendo camino la asunción del ejercicio de la soberanía en la toma de decisiones y la ejecución de las mismas para resolver problemas del pueblo o para idear formas alternativas de producir y de organizar el trabajo.
  • Su fuerza no se mide por la cantidad, sino por el grado de organización.
  • La acumulación de fuerzas sólo puede realizarse sobre formas organizativas no controladas por el poder que aseguren el ejercicio de la soberanía mediante asambleas de base decisorias.
  • Es necesario que el sindicalismo alternativo se dote de algún tipo de estructura organizativa unitaria y permanente a cada nivel que, sin limitar un ápice la soberanía de cada sindicato, asegure su continuidad entre reuniones.
  • Los avances en la unidad del sindicalismo alternativo son condición necesaria pero no suficiente para la reconstrucción del movimiento obrero y del poder y la conciencia de clase.
  • El elemento básico en el movimiento obrero es su línea política, su práctica. En el sindicalismo alternativo también se producen degeneraciones burocráticas que van unidas a descensos de la combatividad y/o a la pérdida de perspectiva. La vigilancia revolucionaria para prevenir y/o combatir esos procesos debe vincularse al ejercicio indispensable de la democracia obrera en las asambleas.
  • La percepción generalizada de la frecuente traición y corrupción de lxs representantes ha facilitado la penetración de ideas que sirven a los objetivos de dominación de la burguesía:
    • en el movimiento obrero, al descrédito de todo tipo de organización y por tanto, a la atomización y a la dispersión.
    • en las asambleas populares a la huida de la delegación y a la búsqueda estéril de mecanismos organizativos que impidan la manipulación de las asambleas.
  • La superación de esta situación, que aboca a la misma negación de la organización y que es tan paralizante como su burocratización, requiere ineludiblemente: el mandato imperativo de la asamblea sobre sus delegadxs (se comanda a una comisión para una función concreta, limitada en el tiempo), la asamblea no delega su capacidad de decisión al respecto y tiene siempre el poder de revocación de sus representantes.
Al tiempo que, paso a paso, se va construyendo el poder obrero y popular alternativo, empresa a empresa, barrio a barrio, pueblo a pueblo, que se autoconstituye y se refuerza en cada lucha, es preciso ir dando forma a un movimiento político que, sin interferir en la soberanía de los otros movimientos, les sirva de catalizador y referente.
Dicho movimiento debe plantear explícitamente la toma del poder político y sus principios programáticos fundamentales, ya reflejados en otros documentos de Red Roja y en diferentes plataformas unitarias serían los siguientes:
  • Negar taxativamente el pago de la deuda y de sus intereses. Salida del euro y de la UE.
  • Romper con el Orden institucional de la Transición (Constitución, Monarquía, Poder judicial, Ley de Partidos, Audiencia Nacional, etc). Separación total Iglesia-Estado. Libertad para todxs lxs presxs políticxs. Derogación Ley de Extranjería. Reconocimiento y ejercicio efectivo, con todas las consecuencias, del Derecho de Autodeterminación de los Pueblos.
  • Expropiación y propiedad pública de la banca y grandes empresas monopolistas. Reforma agraria y soberanía alimentaria. Planificación democrática de la economía. Cobertura total para todxs lxs paradxs. Paralización y reversión de los desahucios; vivienda social para todxs. Sanidad, educación, servicios sociales y transporte exclusivamente públicos y gestionados democráticamente; expropiación de todo lo privatizado. Plenos derechos para las mujeres, incluida salud reproductiva y aborto en la sanidad pública.
  • Desmantelamiento de las Bases y del Escudo Antimisiles. Salida de la OTAN.
Avanzar en la construcción de este movimiento político social apremia. Los derechos nacionales de los pueblos y la enorme diversidad política, sindical y social de los diferentes territorios del Estado español, exige que este movimiento surja – con sus peculiaridades y sus principios comunes – en cada pueblo. Asegurar que prevalezca la voluntad unitaria, de acuerdo y de coordinación será una tarea dura, pero no hay atajos. Hay que construir desde la base, desarrollando todas las formas de interconexión posibles.
No se puede empezar la casa por el tejado, aunque es imprescindible que exista un plan que oriente la construcción del edificio. A esa tarea histórica e inaplazable pretende contribuir Red Roja.

Notas:
[1] Estas empresas son: Abengoa, Abertis, Acciona, Acerinox, ACS, Arcelor Mittal, Banesto, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Banco Santander, Criteria, Endesa, FCC, Ferrovial, Gamesa, Gas Natural, Grifols, Iberdrola, Inditex, Mapfre, OHL, Red Eléctrica, Repsol, Técnicas Reunidas, Telecinco, Telefónica, Bolsa y Mercados, Iberia y Ebro Foods. Ver informe Tax Justice Network en http://www.taxjustice.net/cms/upload/pdf/The_Price_of_Offshore_Revisited_Presser_120722.pdf
[2] La publicación es de agosto de 2012 http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2012/08/focus
[6]Ver el Informe Político de Red Roja titulado ¿Qué hacer ante un sistema que agoniza? http://redroja.net/index.php/comunicados/990-declaracion-politica-de-la-coordinadora-estatal-que-hacer-ante-un-sistema-que-agoniza y el Comunicado: “Rescatémonos del secuestro bancario e imperialista europeo http://redroja.net/index.php/comunicados/1024-rescatemosnos-del-secuestro-bancario-e-imperialista-europeo

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