domingo, 6 de diciembre de 2009

Obama, El Coco.


¿Hamlet de Illinois o los poderes blanqueantes de la Casa Blanca?
Si podemos. Ahora no es aconsejable. Tal vez. Sí pero sólo 30.000. Bueno, pero sólo la puntita.
En un año Obama ha recorrido toda la gama de contradicciones y operadores lógicos posibles en su política, tantos que volvería loco a Gottlob Frege. Pero que, contextualizados a la cultura popular, se resumiría en el chiquitesco "no puedor, no puedor,...". Y es que esta claro el poder blanqueante de la maquinaria capitalista y de su gran lavadora que es, como no, la Casa Blanca. Ha logrado deslucir el tono obamiano inicial, tanto en política interna, desnaturalizando el proyecto de sanidad pública, como en política internacional, en el que ha enquistando las guerras heredadas y ha abierto un nuevo frente en Suramérica. También asistirá a la cumbre de Copenhague para hacerse la foto de los hipócritas camino de Oslo donde recoger el premio más desprestigiado del mundo (a parte del que ha recibido nuestro monarca que ya es Faescista, por si no estaba claro, y libertario).

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